sábado, 17 de mayo de 2008

Las patatas, ¿grandes o gigantes?

La entrevista era a las once. Iba a ser uno de mis primeros trabajos fuera de la empresa familiar y lo iba a compaginar con la universidad. De eso ya hace unos cuantos años. Estaba tranquila, confiaba en mí misma. Sabía de gente menos preparada que habían conseguido lo que yo iba a buscar. Tengo tendencia a llegar tarde (es genético), así que lo planeé todo para que el tiempo sobrara y ser yo la que tuviera que esperar. Doce paradas de metro, transbordo con un autobús y preguntando a todo Dios para no equivocarme de parada ni de dirección.
Y entonces, la entrevista. El tipo era corrientucho, no imponía demasiado (aún no había visto la bestia negra que él escondía dentro), así que no perdí la tranquilidad, hasta que después de los primeros minutos en los que te hacen hablar sobre tí mismo le tocó el turno al Imbécil:
-El "I": "No tienes demasiada experiencia y eso no es lo que buscamos".

-Yo en voz alta: "Bueno... " (y lo que me hubiera gustado decirle: "¿Te has leído el currículum antes de llamarme? ¿Era necesario hacerme venir aquí para decirme algo que ya sé?).

[... breve explicación de mi experiencia hasta el momento ...]
-El "I": "Lo que yo creo es que tus padres te obligaban a trabajar en casa. Eso no es tener iniciativa. ¿Tienes iniciativa? Los escaparates de las calles del centro están llenos de ofertas de empleo, ¿Lo has intentado ahí?"
-Yo: "Sí".
-El "I": ¿Y por que crees que no te han contratado?
-Yo -mordiéndome la lengua-: bla bla bla... ( y pensando "¿y tú qué sabes si me han llamdado o no, si les he interesado o si me han ofrecido empleo o no...?").
[... algo más de conversación surrealista en la que el tipejo intentó desahogarse de sus frustraciones usándome de saco de boxa... Estaba claro que al tío no le interesaba mi perfil y para lo único que me había hecho ir hasta allí era para "ocupar" las horas de oficina que debía a la empresa y, de paso, desestresarse un poquillo humillando al prójimo].
-El "I":¿Cómo has llegado?
-Yo: "He cogido el metro hasta PIIIIIIIIIIIII y luego he enlazado con el bus, que me ha dejado aquí al lado. (Pensando: "esto es relevante?" Pues resultó que sí:)
-El "I":Esto es una tienda de deportes, nuestros trabajadores hacen deporte (yo:"¿seguro? porque he visto algun que otro michelín en los pasillos y en la moqueta verde...") y vienen caminando desde la parada de metro. Tampoco es tanto.
-Yo: "Ya, pero es que quería asegurarme de no perderme y de llegar a tiempo".
-El "I": Bueno, bueno... ¿haces deporte? ¿vas al gimnasio? ¿algo?
[...otra tanda de tonterías por parte del "Imbécil"...]
-El "I": "La verdad, este trabajo es muy mecánico, como la cadena de una fábrica. No tienes que pensar mucho, no creo que esté hecho para ti".
-Yo: Gracias, me lo tomaré como un cumplido y ¿sabes? no hace falta que me llames ¿vale?
Por suerte pude permitirme ese lujo. No tardaría en encontrar otro trabajo. No era mejor (la verdad que las condiciones de este estaban muy bien para combinarlas con los estudios... pero ¿qué le íbamos a hacer?).
Los curros estan repletas de gilip*****. Y normalmente, esos gilip***** van a ser tus jefes o tus entrevistadores o...
Esta fue mi primera entrevista de trabajo. Aprendí mucho de ella. Desde entonces he ido a todas mis entrevistas con libreta y boli y en mis turnos de palabra he entrevistado a mis futuros jefes, para poder valorar si el curro me interesaba o no. Es un lujo que me he permitdo, aunque no siempre ha dado resultados positivos ... a corto plazo; porque a la larga un jefe que no aprecie que tú misma te valores no te interesa. Y como no se me caen los anillos (como decimos los catalanes) pues tampoco me ha costado demasiado encontrar algo...
Con los años, la buena vida y los empleos algo más "guays" a una le crecen las manías hasta el punto que sacrifica algo de libertad a cambio de no tener que llamar a la puerta del McDonald's (por eso nos estamos dando un tiempo en casa de mis suegros, a ver qué pasa y a ver si acabo el maldito posgrado). Te crecen los reparos sobre todo si resulta que llevas toda tu vida siedo una gran promesa, alguien que -según los que te rodean- va a hacer algo importante... De "joven" te puedes permitir el lujo de "tontear" con "currillos", pero cuando le tienes que vender un jersei a tu compañera/o de promoción que te mira con una mezcla de sorpresa, compasión y autosuficiencia (qué gran victoria para el/ella!! qué mala es la envidia que despertaste!!!)... algo se remueve en tu estómago. Eso sí, siempre con la cabeza bien alta!!! Que no hay ningún trabajo indigno (al menos que te dediques a ser proxeneta o a robar, matar, extorsionar, engañar...)
salud!!

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