Blanco, rojo, el diluvio y el espíritu DIY

En blanco. Sin palabras. Desierto.

Con tantas ganas de contar cosas y nada. No hay manera.

Las musas se han tomado unas vacaciones, aunque no pueda decir que merecidas.

El reto de la pantalla en blanco... Un bluf, eso es lo que soy.

Pronto volveran, siempre lo hacen...

Son dias tranquilos en villa-barrizal, o sea por casa. Sin movimiento.

Esto parece un western. Las bolas de pelusilla retozan a sus anchas, cruzando la pantalla de derecha a izquierda empujadas por el viento, mientras suena de fondo una melodía silbada de duelo pistolero y soledad en el cañón del Colorado con puesta de Sol de fondo.

Anuncian mal tiempo para el fin de semana. Otra vez.

Está muy bien que llueva, me encanta y mi tierra lo necesita más que nunca. El diluvio universal de la semana pasada nos vino muy bien y calmó brevemente la sed de las grietas del suelo. Y a más de uno nos sirvió para lavarnos los trapos sucios y despojarnos de la piel de invierno, que ya se estaba churruscando. "Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva." Lo único que tiene de malo es que la temporada de playa, que estrenamos hace unos días, vuelva a stand by.

Tuvimos un mal inicio de la temporada de playa: nos tostamos. Es lo que tiene quedarse dormido con un libro de Salman Rushdie o Tom Wolfe en las manos.

Dicen que para el look de gamba al ajillo van bien los emplastes de yogurt.

Do It Yourself
Eso me recuerda a mi padre y a su espíritu Do It Yourself (DIY), una de las "cosillas" que he heredado. Hay otras cosas, como una lengua dotada de aguijón venenoso estilo escorpión.

Hace ya muchos años mi padre pilló una insolación de aúpa por culpa de DIY way of life. Telefónica sólo cubría la instalación de cables de la puerta de casa para adentro, el tramo desde el poste de teléfono y la puerta de la casa (un adosado unifamiliar) era cosa tuya. Ocho metros. ¿Pagar a un paleta para que haga la regata en la acera? "No. Ni hablar". Así que mi padre, sin camisa y sin nada que le cubriera la calva se puso a picar piedra cincel en mano un sábado de verano a pleno sol. La tarea le llevó unas cuantas muchas horas y la insolación que pilló lo dejó echado en la cama todo el domingo, con mareos y un dolor en la piel que ni los inventos con yogurt de mi madre le calmaban. Esto es ser DIY. Y yo, por desgracia, también soy bastante DIY, aunque eso ya es otra historia que contaremos otro dia.

Tengo un mensaje de mi padre. Dice que hace días que no sabe nada de mí. Tengo que contestarle, aunque no me apetece demasiado. Cada vez que hablo con mis padres esperan novedades, que haya alguna mejora. Pero de momento no se las puedo dar, así que prefiero evitarlos. Verlos me recuerda demasiado que no estoy como debería. Es ruin, lo sé. Pero no puedo hacer otra cosa.

Salud!!