Dos modelos con cara de no haber dormido en tres días intentándose esnifar una camiseta. Y se puso el grito en el cielo. Se trataba de unas imágenes que alguien intentó hacer pasar por la campaña de otoño-invierno de Sisley del año pasado. Y es que parecía a todas luces las típicas fotos de Therry Richardson, fotógrafo habtiual de las campañas de Sisley. Benetton, propietaria de la marca (ambas muy dadas a la polémica en sus campañas y fotografías publicitarias) tuvo que hacer un comunicado y sacar a la luz antes de tiempo la "verdadera" campaña para dar carpetazo al asunto. Ocurría el año pasao por estas fechas.
Un par de meses después, las calles de las principales ciudades de Italia amanecieron con una impactante publicidad en las vallas. Isabelle Caro, una chica francesa y anoréxica, era la protagonista de las fotos del Oliviero Toscani, fotógrafo célebre por sus provocativas campañas para Benetton. Detrás de la iniciativa estaba No.l.ita, una conocida marca de ropa para adolescentes. Y una vez más, el grito se puso en el cielo.
La campaña pretendía ser un aviso a las jóvenes contra la anorexia, aunque algunos expertos alertaron que podía ser perjudicial, ya que podía ser visto como un modelo a imitar y no cómo una denúncia de algo aberrante.
¿Dónde están estos expertos cada vez que aparece en una pantalla o en una publicación una chica (o chico) que luce igual que Isabelle? ¿A caso las chicas (o chicos) que no se "confiesan" anorexicos pero se ven como si lo fueran no son igual de perjudiciales como la imagen de Isabelle Caro? ¿A caso los cuerpos de las chicas (o chicos) que parecen anorexicos -lo sean o no- o que tienen un aspecto poco saludable no son vistos "como un modelo a imitar"?
En el caso de la campaña de Sisley no había intención alguna de denuncia, como mucho algo de márqueting viral. El caso de Nolita ya es otra cosa. Sólo los une el uso de un tema tabú y una reacción desorbitada e hipócrita de la "opinión pública", presurosa en defender y conservar la pureza de nuestra sociedad.
Día tras día nos bombardean con clichés absurdos, nos empujan a imitar modelos irreales, excepciones de la naturaleza. Y nadie dice nada. Día tras día chicas y chicos caen en las garras de la anorexia y la bulímia por culpa, en gran parte, de unos cánones de belleza infrahumanos. Y nadie dice nada. (Que conste que NO se me olvida que la educación y la confianza en uno mismo -como en el caso de las drogas- también tiene mucho que ver.)
Isabelle Caro es la primera por la izquierda. Ahora busquen las 7 diferencias entre ella y las chicas que desfilaron en Milán el septiembre pasado. (Foto: AP / REUTERS)
La cuestión es: ¿apartaremos la vista como hasta ahora y seguiremos pensando que si no lo vemos es como si no pasara nada?
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