Hablemos para no oírnos
bebamos para no vernos
hablando pasan los días que nos quedan para irnos
yo al bucle de tu olvido
tú al redil de mis instintos
Me culpas de las alturas que ves desde tus zapatos
no quieres hablar del tiempo, aunque esté de nuestro lado
y hablas para no oirme
y bebes para no verme
y yo callo y río y bebo
no doy tregua ni consuelo
no es por maldad, lo juro
es que me divierte el juego
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