domingo, 1 de junio de 2008

Guerrilla gardener, libera al jardinero que hay en tí!!

Están de moda las guerrillas simpáticas. Está el márqueting de guerrilla, un poco menos empalagoso que la publicidad convencional, y ahora tenemos la guerrilla gardering. La jardinería guerrillera consiste en recuperar espacios públicos, plantando semillas sin permiso ni licencia. Se encuentran por la noche en la zona acordada -no sé si llevan pasamontañas, tampoco sé qué les puede pasar si les pillan ¿multado por plantar un cactus?. En sus bolsas hay tierra, palas, azadas y semillas, muchas semillas. Actúan de forma rápida y tal como han llegado, se van. Otra misión de Guerrilla Gardening completada con éxito. Ahora, aquel terraplén inherte y enfangado se ha llenado de margaritas y otras plantas.

Dando una vuelta por la red he visto que hay un montón de colectivos que se dedican a ello de forma más o menos organizada por todo el mundo: Italia, Canadá, Francia... Poner plantas por ahí, junto a papeleras o enganchadas a farolas, con cartelitos diciendo que se les riegue mucho o poco. (Es que para asegurarse de que no le falte el agua a las semillas plantadas, las guerrilas dejan un cartel pidiendo a la gente que colabore regándolas). Ojalá todas las bombas fueran de semillas, como las que hacen los de la guerrilla de Toronto. ¿Una forma cursi de tomar la ciudad y hacértela un pocquito más tuya? Tal vez. Pero es que a mi eso de hacer cosas sin permiso ni licencia siempre me ha atraido, como las lámparas-achicharra-insectos a los insectos. Es el arte de usar un pedazo de tierra que no te pertenece para hacer crecer algo.

antes



durante



después

Milán, diciembre del 2007

Por cierto, visto en Miss Rosentahl

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